Fanático de la papa siguió una dieta de sólo 20 tubérculos al día
Con su particular campaña, el estadounidense Chris Voigt quiso recordar que las papas, muy consumidas en Chile, son sanas y nutritivas..., pero siempre que se coman otros alimentos.
Cristián M. González S.
En puré, fritas, doradas, en sopa, al horno e incluso como helado... durante 60 días, el estadounidense Chris Voigt tuvo como única dieta comer 20 papas al día. Su objetivo, como director de una organización de productores de papas en el estado de Washington, fue demostrar que este tubérculo es tan sano como el yogurt y un alimento que aporta sabor y nutrientes esenciales a la comida diaria.
Esta semana finalizó su particular cruzada y el resultado fueron casi diez kilos menos, su colesterol se redujo a niveles normales, apareció en medios de todo el planeta y, lo más importante, consiguió que las autoridades federales no redujeran la oferta de papas de los programas de alimentación en las escuelas de menores recursos de EE.UU.
"Ésta no es una nueva dieta contra la obesidad. Esto realmente tenía como objetivo recordarle a la gente que la papa es en verdad sana y nutritiva", cuenta.
En su sitio oficial ( www.20potatoesaday.com ) y a través de un grupo en Facebook -con más de 2.400 seguidores-, Voigt fue dando detalles de su experiencia.
Energía pura
Aunque se reconoce fanático de las papas, no lo pasó del todo bien. "Hubo días en los que fue difícil resistir la tentación de comer otra cosa". Al terminar su dieta, el jueves pasado, festejó comiendo tacos, fajitas, frutas... y papas gratinadas.
Su esposa, Stephanie, y sus dos hijos lo apoyaron, pero no compartieron su menú. De hecho, era ella quien se las ingeniaba para hacer platos variados y atractivos. Para el Día de Acción de Gracias, armó con puré algo parecido a un pavo al horno, y en otra ocasión también preparó helado de papa para su marido. "Eso no estuvo bien logrado", reconoce él.
"Las papas tienen más potasio que los plátanos, y una comida al día provee alrededor del 45% de la dosis diaria recomendada de vitamina C. Además, contiene fibra y otros minerales y vitaminas".
Voigt no está del todo equivocado. Las papas son energía pura: comerlas aporta vitaminas C y B6, potasio, pero, por sobre todo, hidratos de carbono, como explica la doctora Cecilia Castillo, nutrióloga del Centro Clínico y Metabólico de Santiago.
"En pacientes con tratamiento por sobrepeso u obesidad uno recomienda que no se consuman en exceso o en forma frecuente".
Lo anterior no significa que engorde: una papa normal, de 150 gramos, produce 130 calorías. Y la recomendación es consumir uno de estos tubérculos por comida, no más de dos veces a la semana.
La papa se ha ganado fama de ser calórica ya que suele ir acompañada de comidas ricas en grasas, cocidas en aceite, puré con mucha leche y mantequilla, etc.
La baja de peso de Voigt se explica en parte por eso y también porque, a juicio de la doctora Castillo, su aporte calórico diario fue inferior al que necesitaba. "Bajó de peso, pero también debe haber perdido harta masa muscular, lo que no es recomendable".
Además, al limitar el consumo de calorías, el colesterol, el azúcar en la sangre y la presión arterial disminuyen, no importa cómo se haya perdido peso.
"El riesgo de consumir por períodos prolongados un único tipo de alimento lleva a una deficiencia importante de vitaminas, proteínas y grasas".
De allí la importancia de consumir como complemento con otros alimentos: en cantidades razonables no le hace mal a nadie, salvo a los enfermos renales crónicos, que deben restringir el consumo de potasio.
Lo ideal es prepararla con cáscara, ya sea asada o cocida en agua, pero no por mucho tiempo, ya que se pierden parte de sus nutrientes.
Como además su producción es económica, las Naciones Unidas la considera una importante fuente de alimentación para la población mundial, que agregará en promedio 100 millones de personas anuales en los próximos diez años.
Versátil
7.500 variedades de papas existen en el planeta, según el Centro Internacional de la Papa (CIP). Sólo en Perú se producen 2.600 tipos diferentes y en Chiloé se conocen 500 variedades.
Publicado el 04/12/10
Fuente: El Mercurio
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